¿Para que educar?
En principio se dice que se educa para aprender. Yo diría que se educa, como siempre escucho decir a una compañera, para la vida. En los modelos tradicionalistas el postulado es que el estudiante aprenda, pero no se atiende al desarrollo de sus instalaciones, y mucho menos es importante saber cuál ha sido la trayectoria de esas instalaciones.
Es necesario que el educador, facilitador, mediador, docente, como se le quiera llamar, comprenda que el educando es un ser social, histórico y cultural; es una persona que piensa, siente y actúa, y que por lo tanto tiene necesidades sociales, históricas y culturales que satisfacer. Cuando el educando asiste a la escuela, lo hace no para aprender lo que la institución quiera enseñarle, sino aprender lo que realmente necesita, lo que le será útil para la vida.
Es por eso que considero, que los contenidos a enseñar deben ser contextualizados, adaptados y acordes con el nivel de desarrollo del estudiante, a nivel cognitivo, socio afectivo, cultural, y que primordialmente estén orientados a favorecer y a fomentar el desarrollo del alumno.
Para mi educar es humanizar, desarrollar habilidades, potenciar fortalezas, crear personas útiles para ellas mismas y para la sociedad; como lo dice mi papá, educador de alma, corazón y profesión, educar es hacer que las personas que piensen, que sientan y actúen, que critiquen, que cuestionen, que duden, y no androides creados y que actúan a la imagen y semejanza de otros, loritos que repiten las palabras del profesor y que aceptan su verdad como verdad absoluta.
Se debe educar para ser y no para saber; se debe educar para la vida y no para aprobar una materia; se debe educar para pensar y crear, y no para repetir; se debe educar para ser humanos, con sentimientos, valores, emociones, y no para ser robots. Se debe educar al corazón, a la conciencia y no a la mente.
Vicmar Aguilar
